Mi reseña de Napoleón de Ridley Scott puede resumirse en la siguiente frase: va dando saltos de un lugar a otro sin hilo conductor, fidelidad histórica o explicaciones convincentes. Disgusta al público sin conocimientos de la época porque no sabe qué está pasando en pantalla, y a los aficionados a la Historia por sus múltiples falsedades y oportunidades perdidas.
El proyecto de explicar la carrera político-militar de Napoleón y sus relaciones personales en una sola película ya era demasiado ambicioso, pero la falta de talento o ganas de explicar bien uno de los momentos clave de la historia moderna son lo que ha acabado creando un mal producto donde lo único que se salva es la fotografía. Muchos críticos ya han señalado extensamente errores garrafales como que Napoleón nunca disparó contra las pirámides de Giza ni presenció la ejecución de María Antonieta, así que dejaré de lado estos elementos concretos para centrarme en aspectos algo más generales...
Contexto
No se explica casi nada del contexto, sobre todo las coaliciones contra Napoleón o por qué van a la guerra. Sólo hay una corta escena del Congreso de Viena al final de todo donde se debate qué hacer con él tras su regreso al trono de Francia. Ni siquiera tocan la restauración borbónica ni la coyuntura que lleva a la restitución de Napoleón en los Cien Días.
Tampoco aparecen ni Italia ni España (aunque a la primera sí se la menciona de pasada). Prusia se asoma pero está casi ausente, salvo una escena del avance de Blücher hacia la batalla final. No se explica nada de la rivalidad con Rusia y Austria, ni se profundiza en sus respectivos emperadores. Tampoco aparecen las guerras en Europa central antes y después de la invasión de Rusia: sólo una versión cutre de Austerlitz.
Batallas
Las batallas campales son un desastre: hay poquísima gente cuando deberían ser realmente masivas. Los campamentos parecen diminutos y están a tiro de la artillería enemiga. Hay un exceso de banderas nacionales (¡al menos una en cada tienda!) pero se ven muy pocas banderas de compañías, batallones o regimientos.
Las tácticas de infantería consisten principalmente en avances frontales en finas líneas de fuego, nunca se ven las columnas de marcha o ataque. El uso de la caballería es ridículo, sobre todo cuando unos coraceros se meten de lleno en un bosque a perseguir a unos pocos escaramuzadores o Napoleón ordena una carga frontal de caballería justo detrás de su propia infantería, que ya estaba cargando.
Tampoco existen las baterías de artillería, sino que todas las piezas estan concentradas en el mismo sitio.
La maniobra de flanqueo que ganó Austerlitz queda ridícula, y se da una importancia exageradísima al hielo. En algunas batallas aparecen trincheras donde no debería haberlas, pero sin embargo los bastiones en la titánica batalla de Borodinó no aparecen, y la campaña en Rusia se reduce a un montaje de varias escenas de acción confusas. Las emboscada cosaca parece sacada del imaginario popular sobre Teutoburgo o Vietnam.
Personajes
Se deja de lado a demasiados personajes clave. Para empezar, los fundamentales mariscales de Napoleón no salen: Ney, Grouchy, Soult, Murat y compañía parece que no existieron. Tampoco aparecen enemigos fundamentales, como Kutuzov o Nelson. Al faltar tanto contexto (sobre todo la Guerra de Independencia en España) no se explica la enconada rivalidad entre Napoleón y Wellington. Tampoco se da ninguna importancia a las tropas de la Vieja Guardia, ni a su trágico final.
Recomendación final
En fin, es un desastre de película. Si queréis un buen filme sobre Napoleón que refleje la psicología del personaje o la escala de las batallas de la época ved Waterloo (1970). Es cierto que tiene fallitos y se toma licencias, pero es un clásico tan elegante que ni se nota. La carga emocional de escenas como Napoleón poniendo de su parte a los soldados enviados a apresarlo no tienen ni punto de comparación con el bodrio de 2023. Además, Waterloo está centrada en el período de los Cien Días y proporciona al espectador todo el contexto que necesita para entender lo que está sucediendo en pantalla.
-la comparación hasta ofende-
Hemos ido un grupo de tres historiadores a ver la película y éramos los únicos de la sala que se reían o se aguantaban las risas. Al final, uno salió mosqueadísimo, otro salió aun riendo y yo con sentimientos encontrados.
ResponderEliminarDudo que señalar todos y cada uno de los errores históricos aporte algo nuevo a internet, pero me parece interesante señalar que en este tipo de películas, algunos errores tienen una función. En este caso la única función ha sido creativa. No hay evidencias de que en la Batalla de Austerliz los soldados hayan acabado desangrados en un lago de hielo, pero desde el punto de vista artístico, es bastante impresionante.
Dejando de lado el lado artístico de los errores históricos, nos empezamos a retorcer en los asientos nada más empezar la película, cuando señalan la ejecución de Maria Antonieta como inicio de la Revolución Francesa. Este es uno de los tantos errores que no hay por donde cogerlos. Si bien se ha debatido la fecha de inicio de numerosos sucesos, como el paso de una época a otra en una sociedad, o incluso si la primera y la segunda guerra mundial ha sido en realidad una sola guerra que ha durado de 1914-1945 con un parón por en medio, no tiene sentido situar el inicio de la Revolución Francesa en la ejecución de Maria Antonieta (a parte, como alguien diga a los franceses que la revolución empezó con dicho acto, ese alguien sale de Francia a patadas). ¿Lo único acertado de esta escena? La canción Ça Ira de Edith Piaf.
Como bien comentas, las escenas no ayudan lo más mínimo en situarse en el contexto, a no ser que alguien tenga conocimientos de historia; y desde luego la información escrita en la película, que podrían sacarse de cualquier libro sobre guerras napoleónicas, ayudan aún menos. El colmo de la falta de ganas de trabajar ya es cuando Napoleón y Josephine se casan y dicen mal la fecha de nacimiento de Napoleón (desconozco la de Josephine).
También coincido contigo en que España e Italia deberían haber aparecido, aunque bien pensado, si la aparición fuese a tener la misma vertiente que la campaña en Egipto, mejor que ni salgamos. No sale la Piedra Rosseta, ni tan solo se menciona, disparan a la punta de las pirámides (otro error histórico que no habría ayudado a poner emoción a la trama) y al final, se acerca a un sarcófago, lo abre y se queda mirando la momia... muy de cerca (a estas alturas de la película, no nos habría extrañado que besase a la momia, y fuera broma, lo pensamos los tres por un momento). Desde luego, el tiempo que dura la escena con la momia se habría aprovechado mejor dando más espacio a los cosacos rusos en acción.
No me paré a analizar mucho las acciones en las batallas en sí, pero es cierto que solo se ven avances frontales. Aunque mi amigo, el que salió indignado, le pareció más atroz la falta de ciertos enclaves instalados en la representación de la Batalla de Waterloo.
Todo esto queda rematado con un final espectacular: el fallecimiento de Napoleón. Se sabe que falleció enfermo en la cama, pero en la película parece que le da un infarto o algo por el estilo tras enterarse por unas niñas que se habla de lo que nosotros conocemos como "la táctica de la tierra quemada" en Moscú y no de su intervención en dicha ciudad.